- Pensé que no volvería a verte.
- ¿Qué creías? ¿que iba a marcharme así, de ese modo?
- Durante todo éste tiempo has hecho cosas que me aturdían, por lo que no me pillaría por sorpresa.
- Sí que lo haría, porque sabes lo que sentimos. Sabes que te quiero y que no puedo vivir sin tí, y tambien sabes que tú sientes lo mismo.
- No es tan fácil. Hemos pasado muchos buenos momentos... pero al mismo tiempo, he sufrido tanto por ti...
- Las personas a quien queremos son las que más nos hacen sufrir. Y estoy dispuesto a sufrir todo lo que sea necesario para estar a tu lado.
- Aquí la que sufre soy yo. Por favor, no intentes convencerme; no de ése modo...
- No lo intento; no tengo que convencerte de nada porque sé que lo estás deseando. Vamos, no lo pongas más difícil, ¡déjame quedarme contigo!
- Si lo hago, sería como volver a tropezar con la misma piedra...
- No. Ahora será diferente, te lo prometo.
- No, no lo hagas, no lo prometas; no prometas algo que no podrás cumplir, por mucho que lo intentes.